A muchos nos ha pasado. Nos enfrentamos a una exposición oral, tenemos que hablar en público sobre un tema, pero hace mucho ya que no lo hacemos (seguramente desde nuestra época de estudiantes). Nos bloqueamos, nos quita el sueño… O, directamente, la hacemos de mala manera.
El miedo a hablar en público es común, y es normal: fracasar en este tema es relativamente fácil. Sin embargo, si tenemos ciertos aspectos en mente podremos salir airosos. Un buen comunicador se forma, está preparado y sabe bien lo que hace, y tendréis que pareceros a él si queréis hacer una buena exposición oral.
¿Cómo hacer una buena presentación en público? La clave es prepararla.
Cualquier ponencia hay que prepararla. Lo primero que tienes que saber es que no vale únicamente con conocerse el tema al pie de la letra (que también es necesario): hay que preparar el evento en sí. Muchas veces damos una charla porque somos expertos sobre el tema que se trata, y esto nos lleva a confiarnos y no prepararla demasiado.
Es común, al hacer la exposición oral de un tema, que las personas se alarguen al abordarlo. Esto tiene consecuencias negativas: puede ser que consumas el tiempo de las preguntas, o que aburras a tu audiencia, por ejemplo.
Y este último es otro punto importante: saber quién va a venir a escucharnos. Hazte preguntas sobre tu audiencia, e intenta alinear el objetivo de la exposición oral con los perfiles de quienes van a escucharte. ¿Son expertos, como tú? ¿Personas que no conocen de lo que vas a hablar? ¿Inversores? ¿Alumnos? ¿Gente de tu equipo? Puedes incluso esbozar un pequeño buyer persona para tener esto claro.
Es aconsejable ensayar como si ya estuviésemos en el evento, llevar a cabo nuestro speech antes de la puesta en escena, como actores de teatro. Así mismo, deberemos valorar los imprevistos: hacer una lista de preguntas difíciles que puedan surgir, o establecer pautas para resolver problemas técnicos. Tenlo todo atado, y ensaya tantas veces como sea necesario.
¿Cómo organizar una exposición oral?
Cuando vamos a hablar en público lo normal es que el tiempo sea limitado, por eso es importante que, dentro de la preparación previa, tengamos muy clara qué estructura presenta una exposición oral. Esto es importantísimo de cara a cumplir con los timings establecidos. Estas son las partes de una presentación oral:
- La introducción. Es el punto en el que nos presentamos como oradores y presentamos el tema que vamos a tratar. Ha de ser breve, dinámica, enganchar a nuestra audiencia y hacer que tenga ganas de escucharnos. Es importante que aquí demos a conocer las normas de interacción: por ejemplo, si permitiremos preguntas durante la charla o solo al acabar esta. Recuerda que saber cómo empezar una presentación en público supone el inicio de un desarrollo exitoso.
- El desarrollo. Supone el grueso de la presentación, es el punto en el que exponemos todas las ideas que tenemos. Ha de ser claro, conciso y adaptado a nuestra audiencia. Es la parte más larga, y su desarrollo ha de tener forma de triángulo: ha de ir de menos (lo más fácil, ligero, etc.) a más (los puntos más difíciles, que necesitan mayor argumentación por ser más conflictivos) y a menos de nuevo (una vuelta a asuntos más sencillos, puesto que el rendimiento de la audiencia decae con el paso de los minutos).
- Las conclusiones. En este punto, que separaremos claramente en la exposición, explicaremos las ideas que extraemos de aquello que explicamos, los pasos próximos, etc. Ha de ser, como la introducción, breve y conciso (lo ideal, al planificarlo, es que dure como mucho el doble de nuestra presentación).
- La ronda de preguntas o coloquio posterior. Deja un buen espacio temporal para este punto, pues si tu presentación es de calidad y tu audiencia se involucra, es común que falte tiempo para ella. En este punto tendremos interlocutores, y es importante que hagamos de moderadores (cortemos a alguien que se alarga demasiado, no permitamos que se suba el tono por opiniones enfrentadas, etc.).
- Despedida y cierre. Muy breve, en la que damos por finalizada la presentación (para dar paso al siguiente ponente o para terminar la exposición oral).
¿Nuestra idea? Sigue la regla 1–7–2–4–1/2. Estos números toman de referencia el tiempo de la introducción para establecer el timing máximo de cada parte de la exposición oral. Si tu introducción dura cinco minutos podrá ser hasta siete veces más largo el desarrollo (35 minutos), el doble la conclusión (10 minutos), cuatro veces el coloquio (20 minutos) y la mitad el cierre (2 minutos 30 segundos).
Otros tips para hablar en público
Hay otros asuntos que también debemos tener en cuenta cuando nos paramos a pensar en cómo realizar una exposición oral. Estos tienen que ver con nuestra forma de movernos y actuar en el espacio físico. Son los siguientes.
El lenguaje no verbal
Suele decirse que el lenguaje no verbal supone más de un 90 % de la comunicación. Tal vez estas cifras son un poco exageradas, pero sí es cierto que el lenguaje no verbal es crucial en cualquier evento comunicativo.
A la hora de hablar en público, hay ciertas pautas que tener en cuenta para que nuestro cuerpo y nuestros movimientos conecten con nuestro público:
- No podemos estar tiesos como un palo, pero tampoco parar de movernos.
- Debemos establecer contacto visual con todas las personas de la sala, no centrarnos solo en un grupo. Ve cambiando el objetivo de tu mirada, pero cada cierto tiempo, no da buena impresión mover la cabeza como un loco.
- No solo el movimiento es lenguaje no verbal, el tono de la voz también lo es. Esto entra dentro de la planificación de la que hablábamos antes: asegúrate de que toda la sala te podrá escuchar, y no utilices un tono monótono que aburra al auditorio. De nuevo, ¡ensaya bien todas estas cuestiones!
El proyector: un elemento de apoyo
Hoy en día la mayoría de las veces que alguien habla en público se apoya en una presentación proyectada. Sin duda esto es una gran ayuda, pero también puede ser un lastre si no sabemos cómo utilizarla correctamente.
Hay que tener siempre presente que la presentación es un apoyo, no el centro de la exposición. Deberemos:
- Alternar las miradas entre la pantalla y nuestro público, siempre mirando más al auditorio, sobre todo cuando estemos explicando algo que aparezca proyectado (una gráfica, por ejemplo).
- Resumir la información en las diapositivas: estas deben servir de guía, y nunca deben mostrar tanta información como la que damos nosotros en nuestro discurso. Si no, correremos el peligro de que toda la atención se vaya a la pantalla.
- Colocarnos en un punto que permita que se nos pueda ver tanto a nosotros como a la pantalla desde cualquier lugar de la sala, y que no nos ponga en un segundo plano.
Ensaya, planifica y conoce las herramientas para una exposición oral
Si sigues los consejos que te hemos traído, tus presentaciones mejorarán notablemente. Ya sabéis, preparad bien el evento completo (no solo la información), organizad el contenido, considerad la comunicación no verbal como un pilar de vuestra presentación y utilizad las diapositivas como lo que son, un apoyo.
De todas formas, estos asuntos se pueden trabajar con formadores profesionales de la comunicación. Si queréis mejorar al hablar en público, considerad hacer nuestro curso Hablar en público online. ¡Darás un salto cualitativo en tus habilidades comunicativas!