Aprender una tercera lengua. ¿Cuál es la mejor opción?

Aprender una tercera lengua puede ser diferencial tanto para un profesional como para una empresa. Las habilidades en otros idiomas de un profesional cada vez están más valoradas, puesto que las empresas necesitan puestos flexibles que puedan dar soluciones a su encaje en diferentes países. El inglés, sobre todo en los más jóvenes, ya es una lengua familiar, y la diferencia pasa por conocer otros idiomas. Aprender un tercer idioma se vislumbra, así, como una opción para diferenciarte del resto.

Quiero aprender un nuevo idioma, pero ¿cuál?

Esta es la pregunta que, probablemente, te estés haciendo si has llegado hasta aquí. Cuando queremos aprender un idioma, es básico analizar una serie de puntos que nos lleven al autoconocimiento.

  • Entender nuestras motivaciones. Hazte preguntas sobre este punto, siempre. ¿Qué me lleva a aprender una lengua? ¿Realmente quiero hacerlo? ¿Cuáles son mis objetivos?
  • La afinidad con una cultura o un idioma puede ser el canal hacia tu motivación. ¿Hiciste un viaje a oriente medio en el que quedaste hechizado? Tal vez el árabe sea tu match. ¿Te chifla el cine de la nouvelle vague? Apúntate a un curso de francés y sácale todo el jugo.
  • Un último punto crucial es el de las necesidades. Aunque idealmente una lengua debería aprenderse por un interés genuino, si ponemos los pies en la tierra vemos que el mundo no funciona siempre así. Tal vez tu empresa, en la que haces carrera desde hace años, tiene un gran volumen de negocio en Alemania. O puede ser que tu perfil profesional esté muy demandado en Japón.

Plantéate qué lenguas pueden serte de utilidad, ¡y a por ello! Eso sí, dependerá de las habilidades del profesor el que esta necesidad se convierta en motivación, y esta motivación en gusto.
El método que tenemos en Ontraining está orientado a que así sea.

¿Aún perdido? Algunas pistas para elegir qué idioma aprender

Puede ser que no tengas claras ni tus motivaciones ni tus gustos ni las necesidades lingüísticas en tu ámbito profesional. ¡No pasa nada!

Nosotros estamos para ayudarte a decidir. Vamos a ver algunos ejemplos de idiomas extranjeros, según sectores y afinidades, que pueden ser una buena idea para aprender una tercera lengua:

Francés

El francés fue la lengua vehicular en Europa, y aunque el inglés la ha echado de este puesto aún mantiene cierto prestigio. Hasta la primera mitad del siglo XX, fue la lengua predilecta de la diplomacia.

En muchos casos, y si te quieres dedicar a las relaciones internacionales, has de saber que el francés es el único idioma, además del inglés, que es lengua materna en al menos un país de cada uno de los continentes. También es uno de los seis idiomas de trabajo de la ONU, ¡y con el Brexit parece estar llamado a recobrar importancia en Europa!

Empezar a entender el francés, además, no te costará mucho. Es una lengua romance y comparte mucho con el castellano y el catalán. ¿No te lo crees? Prueba a ponerte algún podcast en esta lengua y a escucharlo con atención, ya verás que alguna cosita entiendes.

Alemán

Alemania es la cuarta economía del mundo, y es muy potente a nivel industrial: es la economía más fuerte del G7 a este nivel, y casi un 30 % de su población está empleada en este sector.

Si lo tuyo es la ingeniería, la mecánica o cualquier asunto relacionado con la industria, ya lo sabes, ¡aprende alemán como tercera lengua! Ah, y tenemos una bola extra: si te dedicas al turismo, has de saber que
un 13,7 % de los alemanes que viajan lo hace a España. ¡Casi nada!

Todo es empezar, ¿no sabes por dónde? Tal vez te sirva familiarizarte con la cultura alemana viendo algunas de sus mejores películas o echando un ojo a los canales de televisión del país. ¡No hay excusas!

Árabe

Otra de las lenguas oficiales de la ONU, el árabe, es la lengua vehicular en los países con una cultura mayoritariamente musulmana. Los países de Oriente Medio ofrecen oportunidades laborales a profesionales occidentales, sobre todo los que se dedican a las finanzas (por su pujante economía) y a la ingeniería (pues son países de economías extractivas).

Otro sector en el que el árabe es primordial es el del trabajo social en España, por la gran cantidad de población migrante que recibimos que habla esta lengua, sobre todo procedente de Marruecos.

Chino mandarín

Para casi cualquier profesión aprender chino será una llave maestra que abrirá innumerables puertas. China es la segunda economía mundial, pero tan solo un 1,1 % de españoles se anima a estudiar chino (lo que no significa que acaben hablándolo).

Ahora bien, cualquiera que se decida por aprenderlo ha de saber que probablemente es lengua la más difícil del listado, por distancia cultural y tipológica. ¡Será una carrera de fondo!

Hindi

Este idioma no suele colarse en las listas de idiomas a aprender, o más aprendidos. ¡Pero será muy útil dependiendo de tu contexto! La economía de la India crece a pasos de gigante, su crecimiento ya es mayor al de China, ¡de un 7 % de media!

Hay mucha población de habla inglesa allí, pero también mucha que no domina la lengua de Shakespeare. Si te dedicas al cine, Bollywood produce muchas más películas al año que Hollywood (1.000 frente a 600 de media). ¡Y la mayoría se ruedan en hindi!

Ruso

Otro idioma más de trabajo de la ONU. Además, el turismo ruso a España no para de crecer, y los turistas rusos dejan de media mucho más dinero que el resto (172 € al día).

Es un nicho de mercado muy goloso para cualquiera que se dedique a este sector, sobre todo en el ámbito del turismo de lujo. Rusia, además, es un gran exportador de combustibles fósiles (gas y petróleo), por lo que es un país con muchas oportunidades para ingenieros y técnicos expertos en este tema.

Japonés

No podíamos dejarnos la lengua de la tercera economía a nivel mundial. La cultura, la tradición y la lengua japonesas están totalmente insertadas en la sociedad, y para poder hacer negocios allí es básico conocerlas.

Japón es toda una potencia en cuanto al mercado marítimo-pesquero, por lo que las empresas y profesionales de la alimentación pueden encontrar allí numerosas oportunidades. Además, está a la cabeza en sectores que no van a hacer otra cosa que estar al alza:
energías renovables, nanotecnología, biotecnología, robótica… ¡Si quieres poner un pie en el futuro, aprende japonés!

Aprender una tercera lengua: abrir un mundo de oportunidades

Está claro, conocer un idioma es tener el potencial de comunicarte con sus hablantes. Con estos apuntes, esperamos haberos dado pistas sobre qué nueva lengua aprender.

Ya sabes, si lo tuyo es la diplomacia, estudia francés. Aprender una tercera lengua como el alemán puede abrirte las puertas en el mundo de la ingeniería, al igual que el japonés (en este caso, además, en sectores con muchísimo futuro). El árabe y el hindi suelen mencionarse poco, pero serán un valor diferencial para quienes se dediquen a las finanzas o al cine, respectivamente. ¿Abrirte paso en el mundo del turismo de lujo? ¡Dale al ruso! Y si nada de lo anterior te convence… Recuerda que el chino, aunque difícil, es una apuesta segura.

Si después de todo este post aún no lo tenéis claro, siempre podéis hablar con nosotros para que os asesoremos sobre qué tercer idioma poneros a aprender.
¡Estamos aquí para acompañaros en el camino hacia el éxito!

Sobre el autor

Daniel Matilla

Experto en comunicación y aprendizaje. Se ha recorrido varios países con una mochila y los oídos bien abiertos. ¿Su fuerte? Conectar con las personas gracias a la comunicación intercultural. En la actualidad, es el Director de Estudios y colabora con Ontranslation creando contenido.

2 comentarios en «Aprender una tercera lengua. ¿Cuál es la mejor opción?»

    • Hola, Juan. ¡Buena pregunta! La verdad es que la respuesta es compleja y depende del prisma desde el que mires las cosas. Es obvio que el latín es útil para comprender cualquier lengua romance (castellano, catalán, francés, rumano…), sin duda nos aporta una buena base que podemos aplicar a nuestro aprendizaje, al ser la base de todas estas lenguas. A nivel cultural, por ser la lengua de los orígenes de nuestro mundo, también es muy positiva, lógicamente.
      Ahora bien, si vamos a lo pragmático, aprender latín nos requerirá un esfuerzo que podríamos utilizar en aprender cualquier otra lengua, pero no podríamos comunicarnos con personas que la utilicen en el día a día. En los tiempos que corren, en los que los conocimientos a veces son requerimientos y hay que adquirirlos rápido y para contextos concretos, tal vez sea más práctico aprender una lengua extendida.
      Pero, como decimos en el post, todo depende de tu contexto. No es lo mismo ser historiador o arqueólogo (donde el latín es muy útil) que experto en marketing o informático, ¿no?

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