Aprender una lengua minoritaria puede ser un factor diferencial para un profesional, pues no es habitual que se estudien. Los idiomas son la habilidad del mañana, está en boca de todo el mundo. En un momento cada vez más automatizado, los asuntos más humanos son los que la sociedad del futuro demandará. Es un hecho que las máquinas aún no pueden hablar idiomas ni entender las diferencias culturales. Y no podrán hacerlo hasta dentro de mucho (¿tal vez nunca?).
Ahora bien, la mayoría de la gente se apunta a aprender una lengua dominante, de estas que tienen un montón de hablantes, y que son básicas en determinados sectores profesionales. Nosotros mismos os dábamos unas pinceladas sobre qué lengua de este tipo aprender dependiendo de vuestro perfil: ¿alemán, árabe, chino…?
Pocos son los que se acercan a una lengua más pequeña, con pocos hablantes, por no considerar que estas sean útiles, y a priori puede parecerlo. Pero nada más lejos de la realidad: aprender una lengua minoritaria (o minorizada) puede tener ventajas. Os damos unas pinceladas.
¿Lengua minoritaria o minorizada?
Antes de valorar ventajas de aprenderla, cabe aclarar algunos conceptos básicos. Puede ser que veáis que en algunos casos se habla de lengua minoritaria y en otros de lengua minorizada. Se utilizarán como sinónimos, pero no totales, os explicamos la diferencia.
Según la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias o Regionales, una lengua minoritaria es una lengua que, pese a hablarse, no es oficial en un determinado estado y tiene un número de hablantes mucho menor que la lengua dominante del lugar. Así, el catalán, el euskera o el gallego serían lenguas minoritarias del Estado Español, cuya lengua vehicular (y dominante) es el español.
A veces hablamos de lengua minorizada, y siempre que lo hacemos nos referimos a una lengua minoritaria. Eso sí, cuando se utiliza el término acabado en -ada es para resaltar que la lengua de la que se habla ha sufrido, en algún momento de la historia, una amenaza, represión o ataque directo por parte de un grupo dominante. Así, las lenguas minoritarias de España son también minorizadas, pues estuvieron perseguidas durante la dictadura franquista.
Ventajas de aprender una lengua minoritaria (o minorizada)
Ahora sí, vamos a enumerar las ventajas que tiene el aprender una de estas lenguas, tanto a nivel de socialización como de cara a lo profesional. ¡A por ello!
Especificación profesional
Aprender una lengua minoritaria puede tener muchas ventajas en lo profesional. Hará que tu perfil sea más específico, de esos que suelen ser difíciles de encontrar. Traductores de español a italiano o chino hay a patadas, pero ¿habéis probado a buscar un traductor del francés al quechua? Seguramente haya pocas personas que hagan este servicio. Y aunque la demanda será menor seguro que en algunos momentos existe y la cubren pocas personas.
Respeto a (y conocimiento de) la cultura local
Si vives en un lugar en el que existe una lengua minoritaria (y en el que no has nacido, claro), conocerla te hará estar mucho más conectado con la cultura local. Esto pasa en lugares como Cataluña, en los que existe un bilingüismo prácticamente total. Allí, no conocer la lengua nativa de buena parte de la población puede hacer que tu comunicación se vea afectada en algunos momentos.
En otros lugares la lengua minoritaria o minorizada está asociada a una cultura muy diferente a la dominante (un ejemplo es el quechua de algunas culturas indígenas andinas). Conociéndola podremos entender mucho mejor la realidad de quienes la hablan, al acercarnos más a su cultura. ¡Estaremos más cerca de la intercomprensión!
Una visión más amplia del mundo
Cada lengua es una visión diferente del mundo. Eso sí, hay visiones que son más dominantes que otras, y que por tanto están más extendidas. Actualmente, no hace falta casi ni saber inglés para estar rodeados de cultura anglosajona.
Sin embargo, al aprender una lengua minoritaria o minorizada estaremos adquiriendo visiones del mundo distintas a las que tiene la mayoría. Esto nos transformará en personas más creativas, empáticas y que pueden ver el mundo desde perspectivas diversas.
Conservar la diversidad
El problema de la globalización es que, sin quererlo, al estar más conectados tendemos a la homogeneización. Que todos pensemos y actuemos de la misma manera es un lastre para la humanidad, pues resulta en una sociedad menos creativa y resolutiva. ¿Por qué? Pues es simple: a más visiones diferentes más respuestas podemos dar a los problemas y los retos que se nos plantean.
Al estudiar una lengua pequeña estaremos contribuyendo a que esta se conserve y se transmita a las siguientes generaciones. Estaremos haciendo que la diversidad siga existiendo en el futuro.
Aprender una lengua minoritaria o minorizada tiene ventajas para ti y para los demás
Las lenguas son entes vivos que reflejan realidades, conocimientos, modos de ver el mundo, etc. de diferentes grupos humanos. Por desgracia, cuando un grupo humano es más dominante también lo es su lengua, y esto hace que el resto puedan quedar invisibilizados.
Aprendiendo una lengua con pocos hablantes estarás contribuyendo a una sociedad más justa y diversa, además de integrándote en una cultura nueva y añadiendo especialización a tu perfil profesional.
¡Todo son ventajas si se trata de aprender lenguas, seas cuales sean estas!