Cuando alguien se plantea por qué aprender un nuevo idioma suele sopesar los pros y los contras que tiene conocer un nuevo idioma. ¿Se me abrirán más puertas? ¿Disfrutaré más de mis viajes? ¿Entenderé mejor determinado contexto? Son preguntas que tienen que ver con la culminación de un proceso que tiene un mayor recorrido.
Está bien pensar en los beneficios de aprender un idioma una vez lo controlemos, fijarnos metas es positivo para tener motivación. Ahora bien, por mucho que otros digan lo contrario, no se consigue fluidez en unos meses, y a veces las metas se ven lejanas. Por eso, está bien saber las ventajas de aprender un nuevo idioma durante el proceso, que tienen que ver con las soft skills. Lo vemos.
Mejorarás tu memoria
Someterse al arduo trabajo de reconocer patrones lingüísticos, integrar estructuras gramaticales diferentes y recordar vocabulario son acciones que, sin duda, suponen un ejercicio de refuerzo de la memoria. Está demostrado científicamente que es útil aprender idiomas para mejorar la plasticidad cerebral y aumentar la actividad neuronal, esto mejora la memoria.
A esto hay que sumar que muchos métodos de aprendizaje de una segunda lengua incluyen técnicas mnemónicas, orientadas directamente a mejorar la memorización. Es lógico, pues hay una retroalimentación: a mayor memoria, mayor capacidad de retener un nuevo idioma. La memoria viene, pues, reforzada por sistema.
La importancia de los idiomas en la competencia social
Si aprendemos un segundo idioma para no hablarlo, entonces igual esta habilidad sí se queda oxidada. Pero si aprendemos otra lengua con la firme intención de usarla, entonces nos abocamos hacia un desenlace inevitable: tendremos que conocer gente. Empezando por las clases, en las que mínimo (si son one to one) hablaremos con el o la profe, hasta los momentos en los que pongamos el idioma en práctica en entornos reales.
Y como todo en esta vida, cuanto más practiquemos eso de mantener una conversación con alguien que no conocemos, pero con quien debemos comunicarnos, mejor se nos dará. Nada nuevo bajo el sol, pasa igual que con la memoria: es más fácil aprender a conocer e interaccionar con extraños si lo practicamos. Un buen profe de idiomas te pondrá en aprietos sociales, y las dificultades al aprender un nuevo idioma se transformarán en la capacidad de interactuar con otras personas en cualquier idioma y momento.
Por qué aprender un nuevo idioma te hará más creativo
El hecho de hablar otra lengua significa tener a tu disposición una caja de herramientas totalmente distinta a la de tu idioma nativo. Y esa otra caja de herramientas, desde la construcción gramatical a su vocabulario, implica otra forma de ver las cosas.
Los idiomas se estructuran de diferentes maneras, y sobre todo el nivel semántico (de significado) influye en que tengamos maneras diferentes de ver las cosas. Cada lengua tiene su propia estructura en los denominados marcos mentales: agrupaciones de significado que se hacen según afinidades entre cosas.
Estas asociaciones son diferentes, y hay tantas como idiomas y culturas. Un ejemplo claro es el género neutro, que existe en muchos idiomas junto al masculino y el femenino (alemán, neerlandés, ruso…), a diferencia del castellano, en el que solo hay femenino y masculino. En bengalí, yendo más allá, directamente no hay diferencia de género.
No hay nada como aprender un nuevo idioma para crear nuevos marcos mentales. Cuando estemos estudiando un idioma con diferente clasificación de género, tendremos disponibles dos clasificaciones diferentes en nuestros esquemas mentales. Esto, evidentemente, potenciará nuestro pensamiento lateral.
La empatía se incrementa
Una de las cosas que implica aprender un nuevo idioma es el estar en una posición difícil, en la que otros (los hablantes nativos) tienen ventaja. Lo que resulta ser una manera estupenda de recuperar la humildad de quien se siente más perdido que una cabra en una discoteca. A fin de cuentas, ir más allá de la frontera de nuestra lengua es salir de nuestra zona de confort y, queramos o no, abrir nuestras miras.
Esa apertura nos facilita muchísimo comprender a los demás desde sus propios zapatos y, con el tiempo, desarrollar la tolerancia necesaria para no juzgar apresuradamente conductas ajenas. Entenderemos mejor a quien está en una situación de adversidad en nuestro entorno, y tendremos recursos para apoyarle mejor.
Aumento de la capacidad de análisis
Cuando abrimos nuestra mente a un nuevo idioma, la abrimos también a una nueva cultura. Todo cambia: las formas de comunicarnos, las tradiciones, las comidas típicas… Y esto nos hace que estemos más abiertos a descubrir y tratar de entender asuntos en los que en nuestra cultura no reparábamos.
La tortilla de patatas en el mostrador del bar es algo normal para cualquier español. No así, por ejemplo, la pinta de Guiness. Si un irlandés va a un bar en Alicante seguramente se sorprenda por la tortilla, y pregunte. Igual que un español en un pub de Cork. Pero lo contrario no sucederá muy a menudo. ¿O sueles preguntar cómo se hace la tortilla de patatas?
Al final, alguien que está fuera de su sitio se fijar en lo que sucede alrededor. Y va más allá de lo culinario. Los matices en los gestos y las miradas, y la inevitable comparación con lo que dejamos en casa, hacen una combinación explosiva que cincela una nueva realidad inmediatamente. ¿No lo crees? Mira este vídeo, ya verás que hay cosas que ves naturales que a alguien de EEUU le chocan:
Ahora ya sabes por qué aprender un nuevo idioma, más allá de para saber el idioma
Hay razones para estudiar un nuevo idioma, ¿no crees? Aprender, sea lo que sea, siempre es positivo: nos mantiene vivos, y cada vez que aprendemos algo mejoramos nuestras soft skills tangencialmente.
En el caso de los idiomas, ya lo has visto: mejorarás la memoria, la competencia social, la creatividad, la empatía y la capacidad de análisis. ¡Esto sí que es un dos por uno! Eso sí, confía solo en profesionales que utilicen un método adecuado a tus necesidades y posibilidades, que sean realistas con tus metas y apliquen una estrategia centrada en la comunicación.