La multiculturalidad en la empresa

La multiculturalidad en la empresa es hoy más común que nunca. El cambio de residencia por motivos profesionales se ha visto facilitado en las últimas décadas con la globalización. Los medios de transporte y comunicación han acortado las distancias al máximo, y tras la pandemia la oficina no parece ser el único lugar físico donde desarrollar nuestro trabajo.

La multiculturalidad, la diversidad cultural, multiplica la creatividad y el pensamiento lateral. Cuando un equipo profesional está formado por personas de distintos lugares, creencias y modos de vida se generan sinergias que son imposibles en otros contextos. Eso sí, la gestión de la multiculturalidad en una empresa debe hacerse poniendo atención, logrando la comunicación intercultural. Os contamos cómo.

Cualquier equipo trabaja mejor si hay cohesión, que se consigue con comunicación interna

El buen funcionamiento de cualquier equipo de trabajo depende de la cohesión interna. Si las personas que trabajan juntas se respetan y comprenden, y escuchan y se hacen escuchar, tenemos mucho ganado. La comunicación interna es la grasa que hace que los engranajes funcionen, y si no la hay, todo puede atascarse rápidamente.

La comunicación suele ser la gran olvidada. Con las velocidades de la mayoría de los entornos laborales nos olvidamos de cuidar los mensajes que damos y de escuchar a quienes nos rodean… Y, al final, ralentizamos nuestra labor. La visión túnel que nos da la velocidad no nos deja ver el atajo… Y tenemos que pedir la explicación de un email, nos tienen que recordar asuntos que estaban en la agenda o un malentendido puede hacer que perdamos el enfoque por sentirnos mal.

Vamos, que por correr y no comunicar con efectividad tropezamos y perdemos tiempo.

Con la multiculturalidad en la empresa, las diferencias comunicativas se pueden agrandar

Esto puede hacerse más difícil con la multiculturalidad. Donde hay orígenes distintos, siempre hay también idiomas y costumbres distintos. Y no solo son costumbres que afectan a la vida privada, o a las religiones o creencias. También se trata de los modos de comunicarnos y de enfrentarnos a la vida en general, que afectan a nuestra forma de trabajar.

Por poner un par de ejemplos, en una reunión de equipo, una persona de Japón necesitará conocer más detalles que una de Alemania o Estados Unidos para quedarse conforme con una decisión. Y una de Francia será más directa al hacer críticas que alguien de India o EEUU, por lo que las segundas podrán sentirse atacadas. No se trata de mala educación o de descortesía, sino de formas diferentes de proceder.

 

¿Cómo se cohesiona entonces un equipo multicultural?

Tanto si eres tú quien aporta una nueva cultura a la plantilla de la empresa como si ya formas parte de ella y eres testigo de la llegada de alguien nuevo, la integración se debe llevar a cabo desde el minuto cero. ¿Se trata de integrar al recién llegado en la cultura del país en el que trabaja? Sí y no. 

En este caso concreto, si nos centramos en el ámbito profesional, se trata de integrarlo en la cultura empresarial del lugar en el que trabaja. Y no solo esto, sino también de darle herramientas al resto del equipo para que conozca las prácticas culturales más habituales de su país de origen. Generando sensibilidad intercultural.

La cultura empresarial es la forma de ser de la empresa, como unas pautas no escritas que rigen el día a día de la compañía. No se trata de unas normas que están para cumplirse y sancionar a quien no lo haga, se trata del propio motor de la empresa, lo que la hace funcionar a diario. ¿Cómo se consigue integrar en esa cultura a los nuevos miembros del equipo? Una buena gestión de los recursos humanos es imprescindible, pero la clave, como pasa con casi todo, está en la formación.

Enciende la bombilla con landing-trainers especialistas en comunicación intercultural

En este caso, como hemos dicho, la formación debe estar enfocada en la persona que llega, pues al final es quien empezará a formar parte de un contexto que ya lleva tiempo funcionando de una manera específica y que no se puede adaptar a él o ella. Eso sí, no está de más que el resto conozcan qué pueden esperar de la nueva persona que llega. La multiculturalidad en la empresa es cosa de todos.

Es aquí donde entran en juego los landing-trainers. Se trata de un tipo específico de formadores encargados de preparar, en poco tiempo, a los nuevos miembros de un equipo procedentes de otras culturas. Por supuesto, pueden centrarse en enseñar el idioma local, pero lo más importante es que expliquen a los recién llegados cuáles son las prácticas culturales locales. Tanto del país como de la empresa en particular.